Cuando se decide incursionar en el mundo de las pymes e iniciar un emprendimiento, deberás lidiar con situaciones difíciles y asumirás una buena cantidad de responsabilidades inherentes a manejar una empresa.
Es por esto que el Factoring es una de las fuentes de financiamiento más rápidas para mejorar el flujo de caja de tu negocio y librarte de una de las preocupaciones más comunes.
Uno de los beneficios del factoring en cuanto a las pymes es que la empresa que contrata el servicio se libera de presiones relacionadas a la estabilidad económica. Lo mejor de todo es que lo logrará sin incurrir en deudas con el sistema financiero, pues el factoring no representa riesgo alguno con respecto a los antecedentes comerciales.
Pero, te preguntaras ¿Cómo funciona este servicio?
Bueno, el factoring consiste en la venta de facturas a la empresa financiera especializada. El cliente obtiene hasta el 95 % del monto total y luego la empresa cobra la factura al deudor.
Pero aparte de despreocuparte por mejorar tu flujo de caja y tu liquidez gracias a recibir de inmediato el dinero de tus facturas, este servicio de financiamiento va más allá. También se encarga de la cobranza ante los clientes. En pocas palabras:
¡Vende a largo plazo, recibe el 95 % del monto inmediatamente y olvídate de la cobranza!
Si hablamos del alivio de este servicio financiero a las pymes, debemos mencionar la capacidad que te brindará el factoring para enfrentar contingencias, sobrellevar emergencias y cancelar gastos inesperados sin problemas. Puedes aprovechar todas las bondades del financiamiento sin los requisitos o pasos interminables de un crédito bancario. Facilidad, eficiencia y rapidez son tres palabras perfectas para definir al factoring.
Aunque aún este servicio tiene mitos por derribar, es un sistema blindado que llegó para ayudar y para servir como una de las más sólidas fuentes de financiamiento para pymes. El factoring es un apoyo fundamental y beneficioso para los emprendimientos de hoy día.